¿Por qué se me pone la cara roja y siento calor?
Probablemente, a todos nos ha pasado que en situaciones sociales nos hemos puesto rojos al recibir un halago, confesar algo íntimo o simplemente al recibir atención de los demás. Y es normal tener en mente la pregunta del porqué se me pone la cara roja y siento calor cuando sucede.
Antes de profundizar, es interesante el conocer que Darwin afirma en «La expresión de las emociones en el Hombre y los Animales» que ruborizarse era “la más peculiar y la más humana de todas las expresiones”. Y, ¿por qué nos sonrojamos?
El porqué nos sonrojamos, ruborizamos o «nos ponemos rojos»
El sonrojo facial se produce mediante procesos fisiológicos provocados por la activación del sistema nervioso simpático. Se produce una dilatación de pequeños capilares en la zona facial, sobre todo en las mejillas y las orejas.
Podemos notar que nos ponemos nerviosos, notar sensación de acaloramiento, que nuestra respiración se acelera e, incluso, podemos llegar a temblar o tener visión borrosa.
El hecho de ruborizarse no se limita solo a las situaciones en las nos podemos sentir avergonzados y, por supuesto, tampoco es exclusiva de la gente considerada como tímida o introvertida. Esta coloración facial puede surgir ante situaciones de emergencia que demandan una respuesta rápida de nosotros, como situaciones de peligro. También nos podemos ruborizar ante emociones de rabia y durante estados de ansiedad.
¿Suelen caer mejor las personas que se ruborizan fácilmente o se les pone la cara roja?
Puede que para algunas personas el hecho de sonrojarse sea especialmente aversivo. Entonces, ¿por qué se me pone la cara roja y siento calor estando acompañado de otras personas? Pues sí, esto ocurre y puedo percibirlo como algo incómodo y es normal sentirse cohibido/a, nervioso/a o inseguro/a. Además, tiene gran influencia el miedo que sentimos en cuanto a qué pensaran los demás y en si notarán nuestros cambios físicos.
Además, nos damos cuenta de que no podemos controlar la aparición del rubor ni que la gente se fije en él. Es un hecho que se escapa de «nuestro control» y ese feedback puede aumentar aún más el estado de nerviosismo.
Y podemos tener la creencia o pensamiento de que al ponernos rojos vamos a ser juzgados negativamente. Sin embargo, este aspecto de nosotros puede ser valorado positivamente. Las personas que se sonrojan con facilidad y son consideradas como tímidas pueden preferir que la conversación la dirija la otra persona, mientras ellos escuchan.
Por otro lado, estas personas pueden mostrar gran sensibilidad hacia los sentimientos de la otra persona y ser considerados buenos amigos. Además, el rubor deja ver la emoción que están sintiendo en ese momento, lo que denota honradez y autenticidad.
En definitiva, ponerse rojo es una respuesta normal del organismo, que necesita expresarse. Las personas que se ruborizan y, por tanto, suelen considerarse tímidas, se perciben como sensibles, honestas, empáticas y que saben escuchar. Tienen cualidades valiosas que posiblemente ellos no valoran pero que son relevantes en las relaciones con los demás.
Ruborizarse en exceso: una posible psicopatología
En ocasiones, esto ocurre en más situaciones de nuestra vida de las que nos gustaría, pudiéndose desarrollar eritrofobia (miedo a ponerse rojo). Si es tu caso, podemos ayudarte a interpretar mejor lo que te ocurre para ganar confianza y mejorar tu bienestar emocional. Este artículo ha sido realizado por los psicólogos de PsicoAlmería. Puedes contactarnos en el 644679781 o reservar en pocos clics en el apartado reservas.