Aprender a manejar la Frustración

Artículo: APRENDER A MANEJAR LO QUE SENTIMOS: LA FRUSTRACIÓN. PAUTAS PARA FAMILIAS. Autora: Luisa Martínez Belmonte

Frustración niños y adolescentes. Pautas para padres

EMPECEMOS POR EL PRINCIPIO ¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?

Una emoción es “Algo que sentimos” cómo respuesta a algo que pasa en nuestro contexto externo, fuera de nosotros (ambiente) o contexto interno, dentro (pensamientos, dialogo interno recuerdos..). Todas las emociones son validas y no hay emociones buenas/malas, positivas/negativas, cada una de ellas nos informa de cosas ( “nos hablan al oído”).

Las Emociones las podemos medir por:

  • Grado de energía-activación en nuestro cuerpo. Por ejemplo, no es lo mismo el grado de energía que sentimos cuando estamos enfadados que cuando estamos tristes.
  • Su nivel de Agradabilidad (es más o menos agradable), resulta más agradable sentir unas emociones que otras.

¿CÓMO DIFERENCIAMOS LA EMOCIÓN DEL SENTIMIENTO O EL ESTADO DE ÁNIMO

  • EMOCIÓN: Es la primera llamarada, el primer impacto que sentimos en nuestro organismo, dura desde segundos a pocos minutos. Por ejemplo: Cuando el niño no consigue hacer un dibujo el primer impulso de su cuerpo puede ser chillar, aumentar latidos corazón, tensión en la cara, tirar el lápiz, decir que no sabe hacer nada…
  • SENTIMIENTO: Es un poquito más duradero, dura horas o uno dos días. Por ejemplo: En la misma situación anterior el sentimiento sería cuando el niño expresa lo que le hace sentir esa emoción, “me enfada mucho cuando no soy capaz de hacer el dibujo, no lo voy a poder hacer nunca…”
  • ESTADO DE ÁNIMO: La durabilidad es mucho mayor y arrastramos ese estado de ánimo varios días. Por ejemplo: Cuando ese sentimiento no se resuelve bien y se enquista, creando un estado de animo desagradable. “Se puede generar estados de tristeza, impotencia y decepción”

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Es la habilidad para “mirar hacia dentro”, discriminar cómo nos sentimos y reconocer cómo se sienten los demás en un determinado momento y saber qué hacer para sentirnos y hacer sentir mejor a los demás. Es importante entender que al ser “Habilidades” las podemos ir aprendiendo y desarrollando a lo largo de toda nuestra vida.

HABILIDADES QUE DESARROLLAMMOS CUANDO APRENDEMOS A GESTIONAR LAS EMOCIONES ( NUESTRAS Y DE LOS DEMÁS)

  1. IDENTIFICAR: percibir emociones en uno mismo y en los demás.
  2. UTILIZAR adecuadamente las emociones. Una vez que identificamos lo que sentimos, nos preguntamos: ¿Cómo nos sirve o nos limita esta emoción que estoy sintiendo?
  3. COMPRENDER: La emoción contiene información, nos dice cosas interesantes sobre nosotros y nuestro entorno.
  4. MANEJAR adecuadamente la emoción dependiendo de su energía o grado de agradabilidad. Es importante NO dejarnos llevar por emociones desagradables.

EL VALOR DE ENTRENAR LA FRUSTRACIÓN

Frustración niños y adolescentes. Pautas para padres 2

La tolerancia a la frustración en la infancia resulta imprescindible en nuestro día a día hasta en adultos, por ello, es importante que tu hij@ aprenda a manejarla desde pequeño al igual que cualquier otro tipo de emoción.

La FRUSTRACIÓN es una emoción tan frecuente en nuestro día a día, que para los adultos resulta crucial saber manejarla. La vida en general frustra y no siempre se consigue lo que se quiere, aunque hayamos puesto mucho esfuerzo en ello.

Al día vivimos muchas situaciones que nos provocan frustración por ello, es imprescindible aprender a tolerar esta emoción desde niñ@s con ayuda de los padres (principales referentes) y otros agentes sociales, siendo clave la “Gestión emocional”.

¿QUÉ SE ENTIENDE POR FRUSTRACIÓN?

Como hemos dicho, es una emoción muy frecuente en niñ@s pero también en adultos. Cuando no logramos lo que esperábamos o cuando hay un choque entre nuestras expectativas y la realidad, sentimos frustración, una emoción que genera malestar.

Se trata de una emoción mezcla del enfado/rabia y tristeza/impotencia (decepción). Y ante esa activación, podemos, cambiar la estrategia (flexibilidad cognitiva), o dejarnos llevar por la emoción (se dispara las respuestas de enfado, rabia, tristeza..).

ALGUNAS VARIABLES CAUSANTES DE FRUSTRACIÓN

Entre las muchas variables que entran en juego y que provocan esta reacción en los niños y niñas podrían ser:

  • Una baja habilidad para detectar y expresar de un modo adecuado las emociones es la variable que más influye en la baja tolerancia a la frustración.
  • Cuando no sabe contener esos impulsos, la pérdida de control puede favorecer a la aparición de la baja tolerancia a la frustración. Así pues, si la persona adquiere las habilidades necesarias para mantener la calma ante una situación crítica, podrá desarrollar mayor tolerancia.
  • La percepción de una gran discrepancia entre lo que se espera y lo que se recibe puede ser motivo para provocar una respuesta de frustración.
  • En ocasiones el estado de frustración aparece cuando se sienten juzgados, presentando una tendencia al pensamiento catastrófico.
  • Cuanta más la presente una persona para superar obstáculos o adversidades y reaccionar de forma adaptativa al ambiente, menos será la frustración experimentada.
  • La ejecución satisfactoria de las tareas, en muchas ocasiones sin esfuerzo, puede llevar a los niños y niñas con altas capacidades a considerar que siempre “pueden ganar”. Estas situaciones cierran la oportunidad de experimentar experiencias de fracaso.

¿QUÉ ES LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN?

Es la habilidad para minimizar el malestar que genera la no consecución de nuestros deseos. Para manejarlo, para que no nos bloquee. Es una forma de garantizar la estabilidad emocional frente a situaciones en las que las cosas no salen como queríamos.

Es aprender a enfrentarnos a los problemas y las limitaciones que la vida nos va proponiendo, por lo tanto se trata de una actitud que debe ser trabajada. Tolerar la frustración no significa resignarse y abandonar, y no hacer nada para “pelear” por lo que queremos. No, lo que hace es que afrontemos la frustración de un modo adaptativo, sano.

ALGUNOS INDICADORES DE UNA INADECUADA GESTIÓN DE LA FRUSTRACIÓN

  • Tienen dificultades en la adaptación a los cambios
  • Piden las cosas de manera exigente
  • Reaccionan con rabietas o lloros cuando sienten un poco de frustración
  • Abandonan frecuentemente la tarea que les cuesta
  • Buscan constantemente la gratificación inmediata o el refuerzo positivo
  • Se muestran impacientes o impulsivos
  • Muestran poca flexibilidad cognitiva (si no puede conseguir algo no para a pensar otras opciones de respuesta)
  • Toleran mal el fracaso o los errores propios o ajeno

ANTES DE ENTRENAR LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN

Hacer “cosas” relacionadas con el manejo de las emociones, por eso es importante que os preguntéis cómo gestionáis vosotr@s las emociones y concretamente la frustración. Tendréis que ayudarles a adquirir las herramientas necesarias para ese “descubrir que no tendré todo lo que quiero en la vida”.

El entrenamiento en circuito de recompensas demoradas favorece la baja frustración, no siempre se puede conseguir las cosas al momento, requiere tiempo y esfuerzo. Es muy útil los juegos de mesa o exponer al niñ@ a actividades que le cueste trabajo y se equivoque. Cuando el niño se frustra tiene que seguir en ese escenario de frustración y resolverlo de forma adaptativa, no escapar de la situación porque de esa forma solo consigue aumentar el nivel de frustración.

¿QUÉ PODEMOS HACER LOS PADRES?

  • Ayudarles a manejar sus emociones, lo que sienten, para que luego pueda gestionarlas mejor.Frustración niños y adolescentes. Pautas para padres 3
  • Enseñarle a pedir ayuda: no pasa nada por hacerlo, no es nada malo, al contrario.
  • Dejar que se equivoque, es una manera estupenda de aprender. A veces los papis y mamis, en su afán por protegerles y evitarles malestar, les privan también de oportunidades de lidiar con la frustración, de entrenarse para aprender a gestionarla y lidiar con la vida que le espera.
  • Sin darse cuenta los padres refuerzan el que sus hij@s eviten las cosas que no quieren hacer, es necesario meterlos en situaciones de aceptar la frustración. “No siempre podemos conseguir lo que queremos”. Dotándole así de herramientas para ayudarles cuando no estéis vosotr@s.
  • Normalizar y desdramatizar “el perder”: con nuestra conducta, a través del juego (o de los juegos), podemos ir quitándole hierro a esto de perder. Funciona muy bien el ir verbalizando estas ideas mientras jugamos, pero no de un modo explícito. Te pongo un ejemplo: tú has perdido un turno y dices en voz alta algo del tipo “Vaya, qué mal, ahora voy a estar un turno sin jugar… Bueno, así mientras puedo hacer…” (rellenar a gusto del consumidor).
  • Reforzar los pasos y no solo las metas: con ello favorecemos que sea el camino, su esfuerzo, sus acciones, lo que valen la pena, lo que ha de valorar, no solo el logro final.
  • Propiciar que se involucre en situaciones o juegos en los que la recompensa se demore (no sea inmediata), en las que la espera sea parte del proceso (como por ejemplo hacer cola en una atracción, plantar algo y ver cómo crece con el tiempo y los cuidados, etc.) o que requieran de un evidente esfuerzo por su parte.
  • Trabajar cosas que no se les de demasiado bien, exponerlos a situaciones de frustración. Los padres pueden darle opciones pero el/ella deberán resolver esa situación sol@s.
  • Y por último algo que es clave y fundamental, seamos un buen modelo. Los niños aprenden no solo de lo que les decimos, sino de lo que ven que hacemos. Así que es buen momento, como decía antes, para revisar cómo gestionamos nosotros la frustración.

También tendremos en cuenta el reforzamiento diferencial para disminuir las conductas inadecuadas de rabietas y disruptivas que suelen darse en situaciones de baja frustración y enfado:

  1. “Reforzar y atender las conductas definidas como adecuadas.
  2. Ignorar de forma selectiva las conductas inadecuadas: No prestar atención ni reforzar verbalmente las conductas definidas inadecuadas siempre que no suponga un daño físico, en este caso se le corrige y se le da una respuesta alternativa correcta.

EN CASA: LOS JUEGOS DE MESA MEJORAN LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN

  • Perder es genial para esto. Es, de hecho, una de las mejores lecciones: no siempre se gana, pero no pasa absolutamente nada, porque el proceso, el juego, ha sido divertido a tope.
  • Aprender a demorar la recompensa: no es empezar a jugar y ganar, hace falta tiempo y dar una serie de pasos, de manera que aprenden a que la recompensa, la gratificación, lo que ellos quieren, no es inmediata.
  • No tenemos control sobre todo lo que nos rodea: el factor suerte de los juegos les enseña que hay elementos en la vida sobre los que no tenemos control, que no podemos cambiar, de manera que aumenta la tolerancia a la frustración.
  • Favorecen la flexibilidad cognitiva: tienen que adaptarse a condiciones impuestas desde el exterior -normas- pero también a los giros que den los juegos en base a los comportamientos de los compañeros, de cara a alcanzar el objetivo.
  • Juegos en los que haya cambios de normas (que sean algo más complejos) o que impliquen que decisiones de otros jugadores nos afectan, son ideales, porque nos sirven para trabajar la flexibilidad.
  • Juegos en los que podamos conseguir el objetivo de diferentes maneras también nos son de gran utilidad, ya que permiten que si el niñ@ se ha “enganchado” con una opción vea que tiene otras y que la manera de resolver el problema es buscar alternativas, no enfadarse o sentirse mal.
  • Los juegos por turnos ayudan a reducir la impulsividad y la impaciencia.
EJEMPLOS DE JUEGOS DE MESA QUE PUEDEN AYUDAR
  • JUEGOS CON RECOMPENSAS PARCIALES: Existen muchos juegos tanto modernos como tradicionales en los que no se decide todo al final, algunos de ellos son: parchís, laberinto Mágico (cada runa conseguida es un objetivo), aventureros al Tren, El Primer Viaje (cada billete de viaje completado), Topito (cada acrobacia realizada) o Frutas Fabulosas (cada smoothie combinado).
  • JUEGOS CON NORMAS CAMBIANTES: Hay determinados juegos que ponen a prueba nuestra flexibilidad cognitiva, ya que tienen normas complejas del tipo: “Si hay una flecha vertical, la norma a seguir es esta, pero si el símbolo es este otro o un jugador ha hecho tal cosa, la norma es aquella”. Algunos de estos juego: Fantasma Blitz, Panic Lab, Big Bazar o Jungle Speed, Dobble, Picnic, Alto Voltaje.

CONCLUSIÓN

Educar es acompañar al niñ@ en el aprendizaje de habilidades que l@ lleven a convertirse en un adult@. No es una tarea sencilla, por lo que muchas veces podemos necesitar ayuda para hacerlo de la manera más adecuada. Si necesitas ayuda, puedes puedes ponerte en contacto con nosotros a través de nuestro correo info@psicoalmeria.com o a través de una llamada o mensaje a nuestro WhatsApp al 644 679 781 o haciendo CLICK AQUÍ.

Aprender estas habilidades implica equivocarse, desesperarse, preocuparse, cansarse, pero también reírse, disfrutar y sentir orgullo de la persona que has ayudado a crear…. Cada niñ@ es diferente pero todos pasan por las mismas etapas por eso es muy importante como lo acompañemos en el tránsito por todas ellas, te animo a que memorices estas palabras y recuerdes lo que implican:

  1. Claridad: sé claro cuando te dirijas a tu hijo, dile de forma concisa lo que esperas de él.
  2. Coherencia: Pídele cosas lógicas y coherentes con su desarrollo y haz tú primero lo que le pides.
  3. Convicción: trasmítele firmemente que lo que quieres es lo mejor para él y lo hará.
  4. Cariño y Respeto: poner límites y consecuencias no es sinónimo de enfadarse, ser firme no es gritar. Busca y fomenta los buenos ratos con tu hijo, en los que os divirtáis y disfrutéis y olvida los momentos más tensos.

“Un fracaso no es siempre un error, puede ser simplemente lo mejor que se puede hacer en esas circunstancias. El verdadero error es dejar de intentarlo”

Si quieres saber más sobre artículos sobre niños y adolescentes, te recomendamos:

Pautas para padres y madres

Indice de contenidos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×
Ir al contenido