Relaciones Sexuales, Sexualidad e Intimidad compartida, descubre nuestras claves para potenciar el deseo en pareja y reconocer en qué punto estáis.

En este artículo de PsicoAlmería te explicamos cómo recuperar el deseo en pareja, desmontamos mitos frecuentes sobre la sexualidad y compartimos herramientas prácticas para volver a conectar.
1.- Mitos sobre las relaciones sexuales y la sexualidad en pareja
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 73 % de los españoles están satisfechos con su vida sexual. Pero eso deja a casi una cuarta parte insatisfecha. Una de las principales causas son las creencias erróneas sobre el sexo:
1.1.- Mito de la espontaneidad
Existe una creencia muy extendida de que en una relación sana el sexo debe surgir siempre de manera automática, casi como una obligación natural. Se piensa que el deseo debe aparecer sin necesidad de hablarlo, sin planearlo y sin esfuerzo, como si mantener la pasión fuera algo que no requiere atención.
La realidad es que, especialmente en las relaciones largas, la intimidad no siempre surge de forma espontánea. La convivencia, el trabajo, el estrés o la crianza de los hijos afectan directamente al deseo sexual. Por eso, en lugar de esperar a que la chispa aparezca sola, es importante cultivar la intimidad de manera consciente: buscar momentos de conexión, compartir caricias, planear encuentros íntimos o reservar tiempo para la pareja. La sexualidad también necesita cuidado y dedicación, igual que otras áreas de la relación.
1.2.- Mito de la frecuencia
Otro mito común es pensar que lo “normal” o lo que marca la salud de una pareja es tener sexo con mucha frecuencia. Muchas personas llegan a consulta con la idea de que “no tenemos suficiente sexo” comparándose con lo que creen que hacen los demás, cuando en realidad no existe una frecuencia universalmente correcta.
Cada pareja tiene su propio ritmo, que depende de factores como la edad, el momento vital, el nivel de estrés o incluso el estado de salud de cada miembro. Lo importante no es cuántas veces se tiene sexo, sino cómo se vive y si ambos miembros están satisfechos. El deseo además evoluciona con el tiempo: no es el mismo en la etapa de enamoramiento que en la de convivencia a largo plazo, y eso no significa que la relación sea peor. Significa que ha cambiado y necesita adaptarse.
1.3.- Mito de la cantidad sobre la calidad
Muchas parejas caen en la trampa de medir su vida sexual por el número de encuentros: “si lo hacemos más veces, significa que estamos mejor”. Esta creencia refuerza la idea de que más es siempre mejor, cuando en realidad lo que marca la diferencia es la calidad de esos encuentros.
Un encuentro sexual en el que hay complicidad, comunicación, ternura y placer compartido puede ser mucho más satisfactorio que varios encuentros rutinarios, rápidos o sin conexión emocional. La calidad implica atender no solo al acto físico, sino a todo lo que lo rodea: el afecto, la mirada, el cuidado y el deseo mutuo. Poner el foco en la cantidad suele generar presión y ansiedad, mientras que centrarse en la calidad ayuda a que la experiencia se viva con plenitud y refuerce el vínculo de la pareja.
2.- La evolución de las relaciones de pareja
Para entender el deseo sexual en pareja, es importante aceptar que las relaciones atraviesan distintas fases. La pasión inicial no se mantiene de la misma manera a lo largo de los años:
2.1- Atracción: cuando conocemos a alguien y sentimos un fuerte deseo
La atracción es el primer flechazo, esa sensación de querer estar cerca del otro todo el tiempo. Aparece la curiosidad, la ilusión y la química inicial. En esta fase, nuestro cerebro segrega dopamina, adrenalina y serotonina, lo que genera una especie de “subidón emocional” que nos hace pensar constantemente en la otra persona.
👉 Ejemplo: Lucía y Mario se conocieron en un curso de fotografía. Desde la primera vez que se miraron sintieron una conexión especial: buscaban excusas para coincidir, intercambiar mensajes y prolongar cada conversación. Esa atracción les hacía desear pasar más tiempo juntos y conocerse mejor.
2.2.- Enamoramiento: etapa de idealización, con frecuencia sexual muy alta
En esta fase, la pareja suele vivir el momento más pasional. Vemos a la otra persona como “perfecta”, pasamos por alto los defectos y todo gira en torno a estar juntos. La intimidad sexual suele ser muy frecuente, ya que la novedad y la emoción mantienen el deseo en su punto más alto.
👉 Ejemplo: Lucía y Mario empezaron a salir y, en sus primeros meses, todo era intenso: cenas improvisadas, escapadas de fin de semana, largas noches sin dormir por querer aprovechar cada minuto juntos. Ambos sentían que habían encontrado a “la persona ideal” y su vida sexual era vibrante, casi diaria.
2.3.- Desilusión: descubrimos la realidad del otro y surgen conflictos
Con el paso del tiempo, la idealización se desvanece. Aparecen las diferencias, las costumbres que chocan y los primeros conflictos. Es una fase normal pero difícil: muchas parejas la confunden con “se acabó el amor”, cuando en realidad es el momento de empezar a ver al otro como alguien real, con virtudes y defectos.
👉 Ejemplo: Tras un año juntos, Lucía empezó a notar que Mario era más desordenado de lo que pensaba y que solía evitar hablar de problemas. Mario, por su parte, se sentía frustrado porque Lucía quería planificarlo todo. Las discusiones se hicieron más frecuentes y la frecuencia sexual bajó, porque las tensiones interferían con la intimidad. Ambos llegaron a preguntarse si realmente eran compatibles.
2.4.- Acoplamiento: la pareja aprende a resolver problemas y estabiliza su intimidad
Si la pareja supera la etapa de desilusión, llega un periodo de aprendizaje y ajuste. Aquí se ponen en práctica la comunicación, la empatía y la negociación. El sexo deja de ser tan impulsivo, pero se convierte en algo más íntimo, estable y consciente. La relación empieza a asentarse sobre bases más sólidas.
👉 Ejemplo: Lucía y Mario decidieron hablar de sus diferencias. Él empezó a colaborar más en casa, y ella aprendió a ser más flexible con los planes. También se dieron cuenta de que no necesitaban tener sexo todos los días para estar bien, sino disfrutar de encuentros de mayor calidad. Poco a poco, recuperaron la complicidad y lograron un equilibrio en su vida en pareja.
2.5.- Amor real: se construye con el tiempo, el cuidado mutuo y la complicidad
Esta es la fase más madura de la relación. El amor real no es una emoción pasajera, sino una construcción diaria basada en la confianza, el respeto y la complicidad. El deseo sexual puede variar, pero se mantiene gracias al cuidado mutuo, a la capacidad de reinventarse y a mantener la intimidad como un espacio compartido de unión.
👉 Ejemplo: Tras varios años juntos, Lucía y Mario han atravesado cambios importantes: convivir, cambios laborales y la crianza de un hijo. Aunque la rutina y el cansancio a veces les pesan, siguen cuidando pequeños gestos: se abrazan cada noche antes de dormir, buscan un día al mes solo para ellos y se apoyan mutuamente en los retos de la vida. Su amor es más tranquilo, pero mucho más profundo y auténtico que en sus inicios.
Estas fases son necesarias y no entender esta evolución puede generar frustración, rutina y relaciones “por obligación”, debilitando la vida sexual. Por este motivo, en PsicoAlmería contamos con un equipo de psicólogos que os ayudarán de manera personalizada, indentificando vuestras necesidades para que encontréis el equilibrio que necesitáis como pareja.
3.- Cómo mejorar la intimidad y recuperar el deseo en pareja
La buena noticia es que la intimidad se puede trabajar y fortalecer. En PsicoAlmería recomendamos estas estrategias:
3.1. Comunicación consciente
-
Expresa cómo te sientes sin reproches.
-
Escucha lo que tu pareja necesita.
-
Llegad a acuerdos que os respeten a ambos.
3.2. Contacto físico no sexual
Abrazos, caricias y besos generan oxitocina, la hormona del vínculo, y ayudan a reconectar emocionalmente.
3.3. Innovar en la intimidad
Explorar juguetes eróticos, juegos de rol o fantasías compartidas puede devolver la chispa perdida.
3.4. Conversar sobre sexualidad en tres fases
-
Expectativas: qué es lo ideal para cada uno.
-
Negociación: qué es lo mínimo necesario para disfrutar juntos.
-
Fantasías: crear un espacio íntimo de juego y complicidad.
4.- La importancia de la autoestima sexual
La sexualidad no empieza en la cama, sino en cómo nos percibimos a nosotros mismos. Tener una autoestima sexual positiva significa sentirte cómodo con tu cuerpo, con tus deseos y con tu derecho a disfrutar.
Cuando la autoestima es baja, aparecen la vergüenza y el miedo al rechazo. Trabajar en esta área no solo mejora la intimidad, también fortalece la confianza en la relación.
5.- Conclusión: cada pareja tiene su propio ritmo
Recuperar la intimidad y el deseo en pareja no es un proceso inmediato: requiere tiempo, paciencia y esfuerzo compartido. La clave está en:
-
Romper mitos sobre la sexualidad.
-
Entender que el deseo evoluciona.
-
Poner el foco en la calidad y no en la cantidad.
-
Comunicar lo que sentimos y necesitamos.
6.- ¿Necesitas ayuda para mejorar tu vida íntima?
En PsicoAlmería contamos con psicólogos y sexólogos especializados en terapia de pareja y sexología clínica. Si la rutina, la falta de deseo o las inseguridades están afectando a tu relación, podemos ayudarte.
Llámanos al 644 679 781 o pide tu primera cita online de forma rápida y sencilla.
👉 Este artículo acompaña al último programa de televisión de Tu Consulta de Salud, realizado por los psicólogos Verónica Valderrama y Alberto Feria:
“Sexualidad e intimidad compartida: claves para potenciar el deseo en pareja”.
Puedes verlo completo en nuestro canal de youtube PSICOALMERÍA y descubrir más consejos prácticos para cuidar tu relación:

