11 Principios para Educar en la Adolescencia

Artículo: 11 Principios para Educar en la Adolescencia; Autora: Luisa Martínez Belmonte

Los niños van a pasar si o sí por la etapa de la adolescencia para llegar a ser adultos. Esta etapa puede ser complicada, por lo que aquí te dejo los 11 principios básicos y protectores para educar en la adolescencia.

1.- LO QUE HAGA NO DA IGUAL:

Es importante reflexionar antes de actuar. No siempre se pueden buscar momentos libres de conflicto o desajuste emocional para calcular nuestras reacciones ante los problemas.

  • Si bien los genes tienen su influencia, también lo son los modelos y las consecuencias que experimentamos en nuestro entorno socio-afectivo.
  • Los niños aprenden observando a sus padres y luego a sus iguales. Es crucial cuidar los modelos que les proporcionamos, siendo un ejemplo positivo y valorando los modelos positivos que encuentren en su entorno.
  • Manejar las influencias ajenas a la familia de manera temprana y positiva:
    • Puedes prevenir desde los primeros momentos al propiciar amistades antes de que se desvíen las elecciones, y al guiar la influencia de los medios de comunicación compartiendo experiencias y luego fomentando la reflexión.
    • En ambos casos, es crucial mediar y hacer que la influencia sea tan motivante y continua durante la infancia (antes de los 11-12 años) que tenga suficiente poder para competir cuando las influencias externas comiencen a fallar, cuando los amigos defrauden o cuando maduren.
    • Aprender de los errores. Equivocarnos como padres supone prevenir y compensar, puede reconocer su error siempre que exista respeto.

2.- EL CARIÑO NUNCA ES EXCESIVO:

 

  • El exceso de afecto no consiente a su hijo, lo hace el hecho de darlo tras episodios negativos (elogiar comportamientos inadecuados), de dar ese afecto de manera indiscriminada, y “egoísta”, no sólo es la necesidad de cariño suya sino conjunta.
  • Es adecuado dar afecto físico (abrazar, dar un toque en la espalda, acariciar, llevarlo de la mano hasta que pueda).
  • Elogiar los logros de su hijo. Buenas palabras y valoraciones.
  • Responder a las necesidades emocionales de su hijo.
  • Proporcionar un refugio seguro, que su hijo sienta su apoyo. No que sienta un referente punitivo ni amenazante (dejará de tener confianza si siente que la mayoría le es censurada de manera desequilibrada). “Salir del cole y encontrarnos”, “llegar de sus viajes y vernos”, “estar disponibles para hablar”, “poder llorar ante sus fracasos sociales y que le demos su importancia, no recordar las advertencias que le dimos de que no iba bien o se equivocaba, no regañar”.

3.- IMPLÍQUESE EN LA VIDA DE SU HIJ@:

 

  • Interésese por los intereses, las motivaciones y preferencias de su hijo/a.
  • Es importante implicarse en la escuela.
  • Evite entrometerse en la vida de su hijo/a con visión crítica y desafiante.
  • Trucos: hágalo como si quisiera aprender algo de él, haga preguntas indirectas y “a medias”, pregunte sólo sobre algunos de los detalles del evento o acontecimiento que le interesa conocer (p.e., imagine que quiere saber cómo fue toda su velada “de marcha”, pregúntele qué comió, opine de esa comida, sugiera otros sitios para otra vez, y vaya estando atento por si unos comentarios llevan a otros y alguno apela a cosas de interés…).

4.- TIPOS DE ELOGIOS:

10 PRINCIPIOS PARA EDUCAR EN LA ADOLESCENCIA 1

  • Elogie el logro o los éxitos en sí mismos, con detalle de los mismos, no los condicione ni vincule con el afecto por su hijo. P.ej.: es mejor decir “has hecho una crítica genial al libro” que “me llena de orgullo que seas tan brillante, que seas el mejor”. Luego nos veríamos atrapados en: “estoy desesperado y avergonzado porque eres muy malo, de los peores”.
  • Centrar el elogio en la relación entre lo logrado y el esfuerzo de su hijo/a. Aumenta la autoestima, no apela a lo “innato”, a “ser unos más capaces que otros”. Aquí es el momento de alabar sus cualidades y capacidades.
  • Vincular el elogio a la calidad del logro, a cómo ha mejorado, a sus cambios, no tanto a los productos finales si aún son bajos o medios.

5.- ADAPTE A SU HIJO/A A LA FORMA EN QUE LO EDUCA:

  • Siga el ritmo el desarrollo de su hijo/a.
  • Adapte al temperamento de su hijo/a la forma en la que lo educa.
  • Su hijo es único, no lo compare con otros mejor trátelo en lo emocional como diferente.
  • Tenga paciencia en los períodos de transición.

6.- APRENDA A ACEPTAR LO QUE YA NO SE PUEDE CAMBIAR Y A ESPERAR A “RECOGER LO QUE SEMBRÓ”.ESTABLEZCA NORMAS Y PONGA LÍMITES:

 

  • Todos los niños necesitan normas y límites. No todo vale, tienen que tener una guía, unas limitaciones o aspectos prohibidos. NO IMPORTA QUE “ESTÁ DE MODA”, QUE OTROS LO HACEN, QUE EL RESTO DE FAMILIAS NO TENGA LÍMITES… ¿hemos perdido el rumbo?
  • Sea firme, pero obre con justicia, sea equilibrado y con coherencia.
  • Es de vital importancia la supervisión. Hay que estar vigilantes y reflexivos a lo que hacen los hijos.
  • Los límites se irán flexibilizando poco a poco y conforme su hij@ madure.

7.- FOMENTE LA INDEPENDENCIA DE SU HIJo/a:

  • Abordar el afán de su hijo/a por discutir, no entre en la dinámica de los reproches que le hace, la “argumentitis” y justificación como medio de iniciar una discusión porque su hijo o usted tienen emocionalmente un mal día, es mejor dejar la conversación y “a otra cosa” que sea más absorbente y en lo posible positiva.
  • Intente no controlar hasta el último detalle la vida de su hijo/a. Hay numerosos aspectos que puede elegir, que tiene opciones y puede ser autónomo.
  • Proteja cuando deba, pero permita cuando pueda, aunque eso suponga que su hijo/a se equivoque. “Unos errores bien padecidos y discriminados -la experiencia- vale más que mil palabras”.

8.- SEA COHERENTE:

 

  • Sea coherente en el día a día: no sea inestable en sus reacciones.
  • La importancia de tener una rutina: NECESITAN UN MARCO DE REFERENCIA ORDENADO, no una estructura rígida pero si un patrón y unos hábitos en toda su historia de vida.
  • La importancia de hacer un frente común: normas y límites consensuados entre todos los miembros del medio socio-afectivo del niño.
  • Ser coherente no supone ser inflexibles.
  • Identifique las normas que no son negociables.

9.- EVITE LOS CASTIGOS SEVEROS:

 

  • No recurra al castigo físico, es contraproducente: imparte modelos, no es efectivo a la larga ya que el daño es momentáneo, puede quedar atrapado por la descarga emocional que supone para usted.
  • No trate mal (sin respeto) a su hijo.

10.- EXPLIQUE SUS NORMAS Y DECISIONES:

 

  • Exprese lo que espera con claridad. Las normas deben ser exhaustivas y completas, garantizando que su hijo las ha entendido.
  • Razonar con su hijo aquello que se puede y se debe razonar, nunca tras un mal comportamiento del hijo/a.
  • El “porque lo digo yo” es válido cuando mucho antes ha quedado claro lo que no es negociable, cuando sabemos que no lo entenderá, cuando su hijo se lo pide de manera poco respetuosa y con “altanería” o “desafío”. Además, hay otras frases menos “tajantes”: “dejémoslo así, ya lo entenderás”, “la experiencia y el tiempo te harán aceptarlo”, “hay peligros que me generan inseguridad pero no todos te los puedo detallar”, “es mejor dejarlo para otro momento más adecuado incluso mejorando lo que ahora podrías hacer”.
  • Escuche el punto de vista de su hijo, no sólo como su defensa sino como su “acuerdo” de ciertas máximas y mínimos.
  • Admita sus errores como padres, cuando ha pasado un rato, pero detallando esa parte errónea y la que no lo es.

11.- TRATE A SU HIJO/A CON RESPETO

PRINCIPIOS BÁSICOS PARA EDUCAR PROTECTORES PARA LA ADOLESCENCIA

  • Dar respeto y recibirlo. No le insulte, no lo trate con inferioridad aplastante, cuide su autoestima, distinga si no puede hacer algo o no quiere hacerlo.
  • Tenga conversaciones de doble sentido: MÉTODO SOCRÁTICO, reflexiones y preguntas suyas que lo lleven a conclusiones que “parecen de él”, que son dadas como sugerencias, como posibilidades.
  • No diga simplemente “no”, otras respuestas similares pueden ser más efectivas: “¿crees que esa es manera de responder?”, “ya lo sabías, esto no lo íbamos a permitir de manera que no merece la pena entrar de nuevo en las quejas”, “no repliques”…
  • Deje que su hijo actúe como corresponde a su edad, están siendo autónomos e independientes de manera tan rápida que se nos olvida que han de disfrutar de su infancia y juventud.
  • Los niños se tratarán entre ellos como los tratan sus padres. De especial importancia en la relación entre hermanos y en el tipo de amigos que encontrará. LA FAMILIA COMO UN VALOR (no como una carga).

Educar en la adolescencia, sabemos que esta es una lucha difícil, que todos estamos muy ocupados y con miles de responsabilidades, que los niños se contagian los unos a los otros, que hasta los medios de comunicación inculcan lo contrario de lo que aquí recomendamos, pero si te sirve de consuelo recuerda que si dejas la educación de tu hijo/a al servicio del “buen o mal día que tú tienes”, del cansancio y del hecho de “tirar la toalla porque vas a contra corriente” estas poniendo piedrecitas para que esas rabietas y desobediencias vayan a más…

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